Bajo el Agua



El perro fue el autor, se llama Tyson y esa tarde ella salió a darle un paseo, andaba con mis amigos, era aquella una playa poco frecuentada, habían muchos mosquitos, yo estaba en el agua cuando no me contuve y me apresuré a salir para saludarla.




Ella, piel dorada con manchitas oscuras, ojos marrones y una sonrisa envolvente, su pelo natural superaba cualquier moda sobre el tapete. Se llama Clavel, de unos 19 Dominicana de raza europea y asiática; quedé anonadado con su color de voz, ella no quitaba su mirada de entre mis ojos, su sonrisa era encantadora, hipnotizante.

Soltó a Tyson un rato, pero yo le tenía miedo, (un pitbull bien mantenido y sin conocerme podría ser un peligro). Así que le propuse guardar a Tyson y regresar a la playa, cosa que no esperaba que hiciera. Pero lo hizo.

Volvió a la Playa en su bicicleta, la brisa levantaba su pelo y desde lejos se podía apreciar su sonrisa que cada vez era más hermosa. Así, luego de hablar un rato, entramos a la Playa.

Le gusta leer, el café, los animales, la música, ella vive en un paraíso (literalmente) allí los atardeceres son hermosos algo que no podía creer, eran alrededor de las 6pm cuando hablábamos de los manglares, las tortugas y las ballenas.

Junto con el sol también fue cayendo la vergüenza y aumentando la confianza, su aura me emanaba tranquilidad, su mirada, a la par con el crepúsculo parecía ser un episodio fantástico hasta que nos fuimos acercando más y más, le dije que sus ojos tuvieron la culpa, ella me dijo que mi sonrisa era la culpable, el sol agonizante brillaba cada vez más sobre el agua reflejando una estela infinita en el horizonte visible.

Allí nos besamos, y los nervios me delataron, su piel de gallina también estaba temblando, ella sobre mí, nos abrazábamos, a lo mejor intentando reprimir ciertas sensaciones y ganas que predominaban el ambiente, como si esto fuera poco, las olas hacían el movimiento perfecto entre nuestros cuerpos. Pasó lo que tenía que pasar debajo del agua. ¿Por qué no? Ella es Leo, yo soy Acuario. Nuestros latidos aumentaron un 110% y aquel beso se prolongó. Murió el sol y nos dejó unidos hasta que llegó el momento donde tenía que regresar a su casa.

#arrozyhuevos

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