La Correspondencia de Raúl (Parte 2)


Como todos los días él llega temprano a la oficina, enciende su computador y hace las tareas pendientes, la imprenta tiene una hora pico donde se concentran los pedidos y las entregas, antes de eso se puede sentir un ambiente relajado con ese instrumental de fondo que pone el dueño de la imprenta.

Raúl, con esa mujer en la cabeza luego de darle los buenos días justo a las 7:00 am despertándola como si fuera su alarma periódicamente. Con bonitas palabras, con buenos deseos y transmitiendo buena vibra en una rutinaria llamada que a los dos les gustaba.


¡Se escriben todo el día! Se tutean, la confianza ha brotado en ellos. Sus conversaciones con archivos adjuntos declaran que esto ha pasado a otro nivel.

Resulta que Martina es una mujer que se ha ganado “un nombre” en la sociedad es una maestra muy querida y respetada por sus estudiantes y compañeros de trabajo. Su separación ha sido una de sus peores experiencias, ella lleva varios años sin intentarlo otra vez.

Aquí entre nos, Martina siente en el fondo algo por Raúl, es un buen chico le ha demostrado ser responsable y que tiene mucha educación. Para Martina, las palabras de Raúl acompañadas de sus hechos son una prueba contusa de que lo que él siente por ella es verdadero, a su corta edad ha demostrado que da la talla como hombre para ella.

A Martina le importa mucho el qué dirán, es una mujer que prefiere reservar su vida, no dar mucho de qué hablar. Eso hace en parte difícil el desarrollo de su relación con Raúl.

Acostumbraban escaparse, luego de Raúl empezar la universidad, (la cual estaba muy retirada del pueblo donde vivían) se juntaban en un motel y hacían sentir su pasión, ella se entregaba a él sin vergüenza alguna, le decía que lo amaba, que él era le había devuelto la felicidad, que se siente cómoda a su lado y que no lo quiere dejar, cuando caía la tarde era el peor momento porque aquella aventura que tanto les gustaba tenía que terminar y volver a la triste realidad.

El se sentía incómodo por la aptitud de Martina de no querer que el resto se dé cuenta de su relación, él le decía: “Yo sí que no tengo vergüenza de ti”, ella con nudo en la garganta no sabía cómo explicarle a Raúl que todo el estereotipo que ella emanaba estaba comprometido. Al final le daba el beso más apasionado que se pudiera describir. Esperando y llamando con ansias la próxima semana para volver a aquella aventura que lo era todo para ellos.

Siguieron, se amaban cada vez más y más hasta incluso ya se besaban en el transporte público que conducía a al pueblo donde está la universidad.

Pasaron muchos meses, su amor era indescriptible, el sentimiento y los deseos que iban y venían en sus mensajes de texto eran mejor que cualquier novela de pasión prohibida. Pero era extraño un amor tan grande era limitado por la aceptación del resto.

De regreso, una noche en el bus que los transportaba a casa Raúl y Martina se duermen abrazados en los asientos en aquellos asientos que nunca más los vieron despertar.



Estoy imprimiendo hoy temprano la entrada de un portal web de noticias. Tiene como título: “Tragedia en el camino” No hubieron sobrevivientes, aquel bus quedó destrozado. Ahora en las redes sociales anda la foto de los restos de lo que parece ser una pareja que viajaba. Entre sangre, cadáveres destrozados que no se pueden identificar, revisa la policía las identificaciones es ahí cuando encuentran un papel que ensangrentado se podía leer: “Nada ni nadie nos separará, Solos tu y yo, sin importar el qué dirán.

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